BREVE HISTORIA DE LA FERIA

Nueva Plaza de Pamplona
Las secuelas de la guerra civil, durante los años cuarenta y cincuenta, afectaban con la escasez de alimentos todas las actividades de la vida española. El ganado bravo no era una excepción.
Reiteradas año tras año las dificultades para encontrar toros dignos de un abono como el de San Fermín, D. Sebastián San Martín, cerebro de aquella comisión taurina de la Meca, se orientó para encontrar solución al problema.
Por medio de Toribio López, también vocal de la Comisión, conectó con el familiar de éste D. Mariano Ansó, alcalde de Pamplona en los años de la República y persona muy relacionada con el círculo de amistades de Juan Belmonte, quienes le aconsejaron que el hombre idóneo para las tareas de organización y compra de toros no era otro que Miguel Criado Barragán, a quien contrató la Meca en 1957 para llevar a cabo estos menesteres.

CARTEL DE LA FERIA DEL AÑO 1959
1959, NACE LA FERIA
A comienzos de 1959 la Casa de Misericordia inició las gestiones para confeccionar el cartel de toros y toreros para las fiestas de aquel mismo año. Puesto D. Sebastián en contacto con los apoderados de Dominguín y de Ordóñez, comenzaron las dificultades que todavía se complicaron más conforme iba pasando el tiempo, debidas a las exigencias tanto de divisas como de dinero. Como no se solucionaba el problema al cabo de un plazo prudencial, la Meca tomó la determinación de prescindir de los dos toreros y dedicó toda su atención a conseguir acuerdos con las mejoras carnadas y la más correcta presentación de las reses.
En ese contexto, surgió el título de Feria del Toro que celebaría su primera edición en 1959. Se encargó su cartel anunciador al prestigioso pintor sevillano Martínez de León, destacado especialista en estas lides.
El «póster», como se dice ahora, consiguió un éxito clamoroso. Incluso en la Vuelta a España de aquel año acompañó a la carrera en su caravana publicitaria desde la etapa que finalizó en Pamplona hasta su meta definitiva en Madrid.
El resultado «torista» satisfizo a los aficionados y público en general. A lo largo de estos once lustros se ha mantenido el prestigio de la Feria del Toro.
Al modificarse el reglamento nacional taurino en 1962, se presentó un problema ya que definía el límite entre toro y novillo con referencias a la dentición de los mismos, de manera que se autorizaba que se toreasen como toros los que en el reconocimiento postmortem presentaran seis dientes totalmente desarrollados y dos de leche, mientras que los técnicos sostenían que la única seguridad de que tuvieran la edad cumplida como toro, es decir cuatro años, la daba que aparecieran ocho dientes totalmente desarrollados.

TOREANDO EN PAMPLONA
La Casa de Misericordia encontró la solución para garantizar que se lidiaran toros: decidió pagar una prima por cada ejemplar que en el citado reconocimiento presentara los ocho dientes permanentes. Esto suponía entonces un aumento del 20% sobre el precio acordado, en el caso de que los seis astados exhibieran toda la boca cerrada. Fueron muy pocos los que solamente presentaban seis dientes y dos de leche…
Ignacio Cía