Garcigrande
El toro de la clase y el temple
Garcigrande representa la evolución del toro bravo hacia el toreo moderno. Fundada por Domingo Hernández en la década de los 90, esta ganadería salmantina se ha convertido en una de las favoritas de las figuras por su regularidad, clase y capacidad para embestir con temple y fondo.
Desde su origen, ha sabido crear un toro con personalidad propia dentro del encaste Domecq, ideal para el toreo de ligazón y expresión, pero sin perder la exigencia y la emoción que requiere el espectáculo.
Origen y encaste
Garcigrande nace a partir de la compra de reses de Juan Pedro Domecq y, posteriormente, Jandilla, consolidando una línea muy definida del encaste Domecq. En 2002, la ganadería absorbe legalmente el hierro de Domingo Hernández, quedando ambos nombres como parte del mismo proyecto ganadero familiar.
Su finca principal, “Alaraz”, en el término municipal de Alaraz (Salamanca), es el epicentro de una de las casas más influyentes del toreo del siglo XXI.
El toro de las figuras
La ganadería Garcigrande ha estado ligada desde sus inicios al toreo de máxima exigencia. Sus toros permiten expresar el toreo de capa y muleta con profundidad y estética, lo que la ha convertido en una de las predilectas de figuras como El Juli, Manzanares, Roca Rey, Talavante, Morante de la Puebla, Manuel Escribano o Sebastián Castella.
El perfil de sus animales es armónico, con buena lámina, cuello largo y mirada baja. La embestida se caracteriza por la humillación, la fijeza y la entrega, siendo toros muy agradecidos para el torero que los entiende.
Presencia constante en las grandes ferias
Garcigrande está presente cada temporada en plazas de máxima exigencia: Madrid, Sevilla, Valencia, Bilbao, Pamplona, Zaragoza, Salamanca, Dax, Nimes o Bayona, entre otras.
Sus corridas han sido galardonadas en múltiples ocasiones y algunos de sus toros han sido premiados con indultos y vueltas al ruedo. Son animales que, cuando rompen, permiten faenas para la historia.
En San Isidro, sus toros han sido protagonistas de tardes memorables, y en la Maestranza de Sevilla han permitido faenas de clamor, como las firmadas por Talavante, Manzanares o Roca Rey en los últimos años.
Una ganadería de filosofía clara
La casa Garcigrande ha apostado por la regularidad como virtud. Su sistema de selección es muy exigente: solo permanecen en la ganadería los animales que embisten con clase, calidad y duración. La bravura, entendida como la capacidad de repetir y humillar hasta el final, es el eje sobre el que gira la selección.
Esa búsqueda constante ha convertido a Garcigrande en una referencia contemporánea, sinónimo de garantía en los carteles de más responsabilidad.
Garcigrande no es solo un hierro; es una marca del toreo actual, un estilo de embestida que ha marcado una época. La bravura suave, pero profunda, que permite el toreo que llega al alma.