Sebastián Castella
Arte, pureza y entrega desde Francia al mundo
Sebastián Castella, nacido en Béziers (Francia) el 31 de enero de 1983, es uno de los toreros más relevantes del siglo XXI. Su trayectoria combina una intensa sensibilidad artística con una entrega sin límites, características que lo han convertido en referente indiscutible de la tauromaquia moderna.
Desde joven apuntó maneras de figura. Su toreo largo, templado y profundo enamoró a la afición española, mexicana y sudamericana, y le permitió abrirse camino en un mundo tradicionalmente reservado para españoles. Su irrupción marcó un antes y un después para la presencia francesa en la élite taurina.
Alternativa y ascenso meteórico
Sebastián Castella tomó la alternativa el 12 de agosto del 2000 en su ciudad natal, Béziers, apadrinado por Enrique Ponce y con José Tomás como testigo. Aquella tarde fue solo el comienzo de una carrera que lo llevaría a lo más alto de los escalafones y a protagonizar tardes memorables en plazas como Madrid, Sevilla, Valencia, Pamplona o Bilbao.
A los pocos años de su alternativa, ya era una figura consolidada, capaz de llenar plazas y de firmar actuaciones cargadas de emoción, temple y arte. Su estilo se caracteriza por una estética muy personal, basada en la verticalidad, la profundidad del muletazo y una conexión especial con el toro.
Un torero de grandes faenas
Castella ha protagonizado momentos imborrables, especialmente en Las Ventas, donde ha salido a hombros en varias ocasiones, consolidando su relación con el público madrileño. También ha triunfado en Sevilla, Nimes, Dax, Aguascalientes o Bogotá, siendo un torero verdaderamente internacional, tanto en su presencia como en su influencia.
Su forma de concebir la lidia se basa en la verdad y el riesgo. Es capaz de dominar a toros de diferente condición, siempre buscando el toreo puro y la emoción profunda. Es un torero cerebral, técnico y valiente, que en sus mejores tardes roza lo sublime.
Un regreso esperado
En 2020 anunció su retirada, pero su vínculo con el toreo era tan fuerte que regresó en 2023, despertando una enorme expectación entre aficionados y profesionales. Su vuelta ha sido celebrada por una afición que sigue valorando su madurez, experiencia y capacidad de emocionar con cada pase.
Este regreso no ha sido testimonial: ha retomado su lugar en las grandes ferias y sigue protagonizando faenas de peso, mostrando que su toreo sigue tan vigente como siempre.
Figura indiscutible del toreo contemporáneo
Sebastián Castella es más que un torero: es un artista del ruedo, un símbolo de perseverancia, sensibilidad y amor por el toreo. Su nombre quedará ligado para siempre a una forma de entender la tauromaquia elegante, comprometida y llena de verdad. Para muchos, es y será un torero imprescindible.