Domecq

La revolución del toro moderno

Hablar de Domecq es hablar de una dinastía que ha transformado la tauromaquia. La familia Domecq no solo ha criado toros bravos durante generaciones, sino que ha configurado un encaste que domina las ferias y ha influido decisivamente en la evolución del toreo contemporáneo. Su sello es garantía de clase, repetición y toreabilidad.

Origen y encaste

La ganadería fue fundada por Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio a mediados del siglo XX, a partir de vacas de Veragua y sementales de Tamarón (encaste Vistahermosa), aunque la versión más reconocida hoy es la que desarrolló su hijo, Juan Pedro Domecq y Díez. Esta línea, conocida ya en los registros como «encaste Domecq», ha sido replicada y adaptada por muchas otras ganaderías hasta convertirse en el predominante en las principales ferias.

El toro Domecq es un animal de gran calidad en las embestidas, largo en la arrancada, con humillación y clase, que permite faenas profundas y de alto nivel artístico.

Filosofía de selección

En la finca “Lo Álvaro”, situada en el término sevillano de El Castillo de las Guardas, se crían estos animales bajo un riguroso sistema de selección genética. El objetivo: un toro con fijeza, nobleza y bravura, pero también con la capacidad de repetirse y embestir con recorrido, cualidades esenciales para el toreo moderno.

La familia Domecq ha apostado siempre por un toro que permita el lucimiento y exija por abajo, sin perder la emoción, buscando un equilibrio entre casta y calidad.

Un encaste dominante

El encaste Domecq está presente en ganaderías tan relevantes como Jandilla, El Pilar, Garcigrande, Fuente Ymbro, Núñez del Cuvillo, Victoriano del Río o Luis Algarra, entre muchas otras. Su influencia es tan profunda que más del 70% de los toros lidiados en las ferias importantes tienen base Domecq, en sus distintas variantes.

Este toro ha acompañado los triunfos de figuras como José Tomás, El Juli, Morante de la Puebla, Manzanares, Talavante o Roca Rey, convirtiéndose en aliado clave para el toreo de profundidad y estética.

Tradición e innovación

La ganadería matriz, Juan Pedro Domecq, sigue activa y en manos de los descendientes del creador del encaste. Aunque a veces cuestionada por ciertos sectores de la afición más exigente, su aportación a la historia del toreo es incuestionable: ha permitido faenas memorables y ha modelado el toro moderno.

Domecq es hoy mucho más que un apellido. Es una escuela ganadera, un modelo genético y una filosofía de cría que ha definido una época. Un toro que, con sus virtudes y sus detractores, sigue siendo el corazón de la fiesta actual.