Adrián de Torres

La firmeza de un torero que cree en el toreo eterno

Adrián de Torres, nacido en Linares (Jaén) el 6 de febrero de 1990, representa a esa generación de toreros que han elegido el camino del compromiso con la pureza. Su concepto bebe de las fuentes clásicas del toreo, con un profundo respeto por la liturgia de la profesión y una disposición plena para enfrentarse al toro sin atajos.

Desde sus inicios, mostró condiciones muy claras para el toreo de verdad: verticalidad, serenidad, muletazos largos y un valor seco, sin gestos impostados. Su paso como novillero despertó el interés del aficionado más exigente, especialmente en Andalucía y Madrid.

Una alternativa sentida, en su tierra

Adrián de Torres tomó la alternativa el 28 de agosto de 2011 en Linares, plaza emblemática de la tauromaquia, con un cartel de altura: Enrique Ponce como padrino y El Juli de testigo, lidiando toros de Las Ramblas. Aquella tarde marcó un punto de inflexión en su carrera, que desde entonces ha estado marcada por el esfuerzo constante por abrirse camino en una profesión exigente.

Verdadero, clásico y dispuesto

El estilo de Adrián de Torres se caracteriza por un toreo vertical, reposado y profundo. No se deja llevar por la velocidad ni por los recursos superficiales: su toreo es de sentimiento, de buscar el toreo eterno y emocionar sin artificios. Cuando el toro se presta, logra tandas que conectan directamente con el alma del público.

Ha demostrado una notable capacidad ante encastes serios y hierros con complicaciones, lo que ha reforzado su imagen como torero preparado para desafíos importantes.

Una carrera de convicción y fidelidad a un estilo

Aunque su presencia en las grandes ferias ha sido aún limitada, Adrián de Torres continúa sumando actuaciones de mérito que lo consolidan como uno de los nombres con mayor autenticidad del escalafón. Es un torero al que hay que ver con atención, porque cada tarde representa una declaración de intenciones: la defensa del toreo puro, clásico y valiente.

Tanto en plazas andaluzas como en algunos ruedos franceses, ha dejado momentos de calidad y verdad, que reafirman que su carrera está basada en la convicción y el amor por el toreo.