El Capea
Tradición, elegancia y toro para el triunfo
La ganadería El Capea, también conocida como San Pelayo, es el fruto de la pasión y el conocimiento de uno de los grandes toreros de las últimas décadas: Pedro Gutiérrez Moya, “El Niño de la Capea”. Esta casa ganadera se ha ganado el respeto del sector gracias a su regularidad, la nobleza de sus reses y su importancia tanto en corridas como, especialmente, en el mundo del rejoneo.
Origen y encaste
La historia de El Capea comienza en 1981, cuando Pedro Gutiérrez adquiere reses de Domecq, a través de Jandilla, y posteriormente introduce también sangre de Murube. Este cruce responde a una clara intención: criar un toro de clase, humillador, bravo, pero también con la movilidad adecuada para facilitar el lucimiento de los toreros a pie y, muy especialmente, de los rejoneadores.
Con el paso de los años, la ganadería ha operado bajo varios hierros (San Pelayo, Carmen Lorenzo, El Capea), aunque todos ellos comparten líneas similares, formando un conjunto armónico bajo la dirección de la familia Capea.
Filosofía de selección
La ganadería tiene su base en la finca “El Puerto de la Calderilla”, situada en el término salmantino de San Pelayo de la Guareña. Allí se crían toros y novillos en condiciones idóneas, con amplitud de espacio, buena alimentación y una selección rigurosa centrada en la nobleza, entrega y clase en la embestida.
Aunque mantiene una línea de Domecq clara, el componente Murube ha sido fundamental para dotar a los animales de la templanza y elasticidad que requiere el rejoneo moderno, motivo por el que la ganadería es habitual en los carteles de grandes rejoneadores.
Rejoneo y presencia en ferias
La ganadería El Capea es una referencia indiscutible en las corridas de rejones, siendo muy demandada por figuras como Diego Ventura, Leonardo Hernández o el propio Guillermo Hermoso de Mendoza, y por supuesto, Leonardo y Pedro Gutiérrez Lorenzo, hijos del ganadero.
Sus toros y novillos también se lidian a pie, en plazas como Madrid, Salamanca, Zaragoza, Nimes o Lisboa, donde han protagonizado importantes tardes por su clase y toreabilidad.
Continuidad familiar y proyección
Actualmente, la ganadería es gestionada por Pedro Gutiérrez hijo, que ha tomado el relevo con pasión y profesionalidad, manteniendo el espíritu familiar y ganadero inculcado por su padre. La casa sigue evolucionando sin perder su esencia, manteniéndose fiel a un tipo de toro que embiste con nobleza, repite con codicia y permite el triunfo.
El Capea es hoy sinónimo de prestigio, tradición y adaptabilidad. Una ganadería que ha sabido combinar lo mejor del campo charro con la exigencia del toreo actual, y que continúa marcando el paso tanto en las plazas como en los ruedos de rejones de todo el mundo.