Pedraza de Yeltes

Seriedad, bravura y evolución constante

La ganadería Pedraza de Yeltes es un ejemplo de cómo el trabajo bien hecho y la fidelidad a un modelo de toro pueden situar a un hierro entre los más reconocidos en poco tiempo. Fundada en 2006, esta casa salmantina ha demostrado que es posible crear una ganadería seria, brava y con personalidad propia en menos de dos décadas.

Su irrupción ha sido un soplo de aire fresco en el panorama ganadero, con un toro que impone por su presencia, pero que también embiste con nobleza, fondo y emoción.

Origen y encaste

Pedraza de Yeltes nace en la finca “Pedraza de Yeltes”, ubicada en Casillas de Flores (Salamanca). Desde sus inicios, los ganaderos optaron por un encaste Domecq, adquiriendo vacas y sementales del hierro de El Pilar, una de las ramas más contrastadas del encaste.

Su selección ha apostado por el toro íntegro, con trapío, fijeza y duración, evitando los excesos de nobleza vacía, y manteniendo la emoción que exige la lidia moderna.

Un toro que impone respeto

El toro de Pedraza de Yeltes destaca por su seriedad, armonía en las hechuras y expresión torera. Son animales que entran por los ojos, con mirada desafiante y musculatura potente, que no defraudan una vez sale el pañuelo.

En el ruedo, suelen mostrar una bravura en crecimiento, con embestidas profundas, humilladas y de largo recorrido. No es un toro fácil, pero sí muy agradecido para el torero que sabe templar y estructurar.

Sus toros exigen colocación y mando, pero cuando se les hace bien, permiten faenas de gran calado. Esta combinación de exigencia y entrega los ha convertido en uno de los hierros predilectos para plazas de máxima categoría.

Éxitos recientes y plazas clave

Pedraza de Yeltes ha protagonizado grandes triunfos en Dax, Mont-de-Marsan, Bayona, Madrid y Zaragoza, entre otras. En Francia, su toro ha calado especialmente por su seriedad y bravura, ganándose el favor de la afición más exigente.

En Las Ventas, sus toros han dejado actuaciones memorables, como la del toro “Baratero” en 2015, que se convirtió en un hito reciente de la plaza.

Cada vez más toreros piden esta ganadería en sus compromisos más serios, conscientes de que su lidia puede ser clave para rubricar una tarde importante.

Compromiso con el futuro

La ganadería continúa su evolución sin perder su identidad. Los ganaderos siguen apostando por un modelo de toro completo: bravo, con motor y toreabilidad, que sea capaz de emocionar y poner a prueba la verdad del toreo.

Pedraza de Yeltes es hoy una realidad consolidada que ha devuelto la emoción y la seriedad a muchas ferias. Un ejemplo de cómo se puede innovar sin traicionar la esencia del toro bravo.